sábado, 21 de noviembre de 2009

Amor Anónimo

Te observo como todos los días. Sentado desde aquel lugar puedo contemplarte. Tomas tu cabello y lo colocas detrás de tu oreja. Para ti eso no es nada pero para mí lo es todo. Poder mirar tu belleza eterna es para mí una de las sensaciones más exquisitas.

Recuerdo el día en que te conocí. Mi vida era tan monótona que el gris era más colorido que mi modo de vivir. Pero llegaste aquella mañana. La luz dorada de tu hermosa sonrisa atravesó aquel cristal y llegó a mis ojos, y desde aquel momento te pertenezco.

Siempre te veo pasar a mi lado. Y aunque para mi tu eres mi todo, yo se que para ti solo soy uno más. Uno más de tus tantos pretendientes. Uno más de aquellos que juran que darían todo por ti. Sin en cambio yo no podría dar todo por ti, porque todo lo que tengo ya te pertenece. No tengo más que ofrecer. Todo tuyo es mi corazón, lleno de emociones tan desconocidas que ni yo conozco pero que son tuyas.

 Y cada que te veo reír llenas mi mente de fantasías tan dulces que ya no vivo la realidad. Fantaseo pidiéndote que seas mía para siempre, que seas mi novia por un día. Que compartas conmigo una tarde o una taza de café. O que simplemente compartamos una sonrisa. ¡Hay tantas cosas que quisiera compartir contigo!

Pero no es posible. Yo no existo en tu mundo.  Y pesar de que he intentado ser alguien para ti, la vida me juega mal. Cada intento por decirte lo que mi corazón siente falla escandalosamente. Y siempre que me armo de valor para poder decirte que te amo, mi cabeza me traiciona y flaqueo delante tus ojos negros, esos ojos que solo necesitan mirarme para volverme dócil. Siempre termino callándome. Y esos silencios te alejan cada vez más de mi vida.

Un amor anónimo vivo cada día. En el que debo de callar lo que siento. Porque  a pesar de que cada vez que lo intento, tu desinterés en mi vuelve a ahogar esos sentimientos. La deslumbrante luz falsa de los demás te deslumbra  completamente y no te deja mirar más allá de ella. Más allá donde me encuentro yo. Donde siempre estoy contemplándote.

Quizá nunca lo diga. Quizá nunca lo sepas. Pero mi corazón late al ritmo de tus suspiros. Y mi vida vive a la sombra de la tuya. Y estas emociones estarán siempre fieles a ti. Sin importar que suceda te amaré por siempre, y estaré a tu lado, como tu anónimo amante.

deVi@

No hay comentarios:

Publicar un comentario